Tecnología, tradición y emprendimiento se fusionan en Perucho, gracias a los Puntos Digitales Gratuitos

En el corazón de la Ruta Escondida, a 55 kilómetros al noreste de Quito, Perucho florece entre montañas, historia y mandarinas. Pero detrás del aroma dulce de este fruto no solo hay huertos: hay innovación, emprendimiento y tecnología.
Durante los últimos años, esta parroquia rural de Quito se ha reinventado. Lo que antes era una producción local para el consumo inmediato, hoy es una cadena de valor que impulsa a toda la comunidad: jugos naturales, mermeladas artesanales, cosmética orgánica e incluso licores típicos con sello local. Todo, a partir de una mandarina y de la transformación digital.
El alma tecnológica de esta historia es el Punto Digital Gratuito “Perucho”, un espacio donde lo rural y lo digital se encuentran. Allí, mujeres, jóvenes y emprendedores han descubierto que las ideas necesitan más que esfuerzo: necesitan herramientas digitales.
Desde el diseño de logotipos hasta la creación de tiendas virtuales, pasando por la edición de videos, la generación de códigos QR y el manejo de redes sociales, los Puntos Digitales Gratuitos (PDG) se han convertido en una cuna de sueños.
Uno de ellos, lleva nombre propio “Hecho en Perucho con Amor”, una iniciativa liderada por Yessenia Lomas, presidenta de la Asociación de Mujeres Rurales Emprendedoras y facilitadora del PDG. Con el respaldo de la Secretaría de Cultura, la Fundación Majadera y ONU Mujeres, esta asociación logró llevar sus productos derivados de la mandarina a otras provincias del país, conquistando paladares; así como mercados digitales.
Más que una historia de éxito, este caso refleja una verdad contundente: cuando la tecnología llega con propósito y se instala en territorio, las oportunidades se multiplican.
Los Puntos Digitales Gratuitos, impulsados por el Ministerio de Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información, son espacios con conexión a internet, puentes hacia un futuro más justo, más conectado y más creativo.
Con 956 PDG en todas las provincias del Ecuador, la transformación tecnológica se vuelve real, se vuelve cercana, se vuelve rural… y también se vuelve femenina, productiva y sostenible. Porque en Perucho, el campo ya no solo cultiva frutas, sino que cultiva ideas, negocios y sueños digitales.